miércoles, 21 de marzo de 2012

Y entre la sobredosis de raíces de palabras...

Porque hoy tengo que decir que las nubes no son blancas, ni la hierba es verde,
ni como dicen por ahí todo lo que reluce es oro. Por eso digo sin decir nada que la vida es perezosa de ser contada por una niñata que ni tan siquiera alcanza un mísero cuarto de siglo.

Hoy mis venas son azules y lo sé por la palidez de mi piel. El sol no cuaja en mi cuerpo será por la ingravidez de unos poros que se secan en la hiel.

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